Joseph Stiglitz dijo alguna vez que “las ideas de los economistas y de los filósofos políticos, tanto cuando tienen razón como cuando no la tienen, son más convincentes de lo que la gente cree en general. De hecho, el mundo se rige casi exclusivamente por ellas” ¿hoy, en plena era digital, tiene su frase el mismo peso? La importancia de un influencer en el ecosistema actual de contenidos es indudable.

Ser un erudito de élite o pertenecer a un grupo de científicos de alguna las mejores universidades del mundo, ya no son factores que determinen la influencia que una persona tiene sobre la sociedad. Ahora, basta con revisar el número de seguidores de sus redes sociales, además de otros aspectos clave; donde los convierten en influencer y de los que hablaremos a continuación.

Influencer: Cuestión de afinidad

En un mundo donde cada segundo las personas reciben contenido y datos de múltiples canales; defender la identidad es tal vez uno de los conflictos internos que más fuerza han ganado y por eso, estas figuras tienen tanto éxito entre las masas: son líderes innatos con los que la gente se identifica y generan gran afinidad porque no necesitan tener títulos de Harvard para ser famosos, apreciados o ricos.