Si estas buscando inspiración para escribir, has llegado al lugar adecuado. ¿Te suenta conocido? Estás frente al ordenador, el cuaderno de borradores o tu grabadora. Pero el texto todavía no. ¿Escuchaste sobre los bloqueos creativos y temes que hayan llegado a ti? El tiempo apremia y tus metas fallan. Pero ¿qué pasaría si supieras que ese bloqueo es parte del proceso? ¿Y que si sabes manejarlo, puedes ser productivo aún en su presencia? Aquí encontrarás algunas técnicas para lograr inspiración para escribir o redactar.

Si buscas inspiración para escribir, aqui te enseñaremos técnicas para superar los bloqueos creativos.

Tu labor creativa es un viaje entre las ideas, las experiencias y las aspiraciones tuyas y de los interesados en tu trabajo. Lo que suele decirse de los bloqueos es que son murallas, callejones sin salida. Pero la mayoría de las veces son señales de alto o de advertencia.

¿Por qué detenerte en buscar una inspiración para escribir? Porque quizás tengas cosas más apremiantes que tu texto, como hambre, sueño, frío, deudas, conversaciones inconclusas, un ambiente lleno de distracciones o falta de estiramiento. Entonces, detén tu escritura, como ante un semáforo en rojo, resuelve aquello que te apremia (Prográmate, desconéctate) y regresa a tu texto. Podrás abordarlo con mayor calma.

¿De qué advertirte? De ideas que no te convencen, de la falta de un tema, de recursos literarios ausentes o presentes en exceso. Una de las técnicas para saber si esta advertencia es genuina, es repasar lo que hayas escrito. Así mismo revisa lo que hayas programado escribir (si lo tienes). Si algo no te convence o tiene vacíos que te parece importante llenar, antes de proseguir con el texto resuelve esa situación.

Atiende las señales preventivas para la inspiración para escribir

En consonancia con lo anterior, es importante que desmenuces las características de tu texto. Si eres un redactor freelance y no puedes hacerlo, hay algo que no tienes claro en este y por lo tanto, eso es lo primero en lo que debes trabajar.

Ese algo puede ser tan fundamental como el propósito o el eje central de tu texto. Puedes bloquearte porque te desviaste de la ruta que querías recorrer o porque descubres que el recorrido no te llevó donde esperabas. Una de las técnicas para lograr inspiración para escribir es olvidar lo que hiciste hasta el momento y volver a empezar.

Tal vez sí sepas en qué va tu escrito. Pero no sabes cómo avanzar desde cierto punto (una escena, un argumento o una imagen). Prueba a seguir después de dicho punto, asumir que resolviste lo que estaba antes. Conforme escribas, si prestas atención, notarás qué información te faltó poner, qué dato te sobra o qué expresión te quita la fluidez. Corrige esos elementos.

Si tu texto tiene personajes, quizás haya algo que no sepas de ellos. Dedica un tiempo y texto aparte a los personajes sobre los que escribes. Plantéate qué harían ellos en situaciones distintas a las que narras en tu historia. Imagina una historia de vida que los transforme en lo que son en el momento que narras de ellos y parte de esa historia para continuar. Haz lo mismo con los lugares, piensa cómo te relacionarías tú con los espacios y cómo lo harían tus personajes. Cuando tengas una idea general, regresa al texto de base donde te bloqueaste. Muchas veces la inspiración para escribir la logras con una buena revisión, con detenerte y cambiar de actividad, entre otras.

Recrea sin escribir

A veces tienes una idea interesante que te has propuesto trabajar con un estilo llamativo, una estructura consistente y un tema atractivo. Pero todo ello resulta complejo a la hora de armonizarlo y concretarlo. La inspiración para escribir la tienes bloqueada.

Quizás este bloqueo puede superarse de manera gráfica, mediante imágenes para colorear y relajarte, paisajes que acallen la angustia en tu cabeza, garabatos que representen tu idea o ayudas didácticas para organizarla. Quizás puede superarse de manera auditiva, mediante sonidos neutros para recuperar el enfoque, melodías suaves para apaciguarte o música para escibir para estimularte. Una grabación tuya que exponga lo que quieres, sin formalidades, puede liberar pensamientos atascados en tu monólogo interior.

Quizás debas experimentar otra versión de lo que quieres decir. Prueba otro punto de vista, otras voces y otros recursos, hasta encontrar los elementos apropiados. Pidele ideas a tus amigos, y muchas veces ellos serán la inspiración para escribir.

Cuestiona por qué no logras inspiración para escribir

A veces el problema no está en el texto ni en el escritorio. Quizá no crees en lo que escribes o no lo consideras prioritario. Si ese es el caso, reflexiona sobre los motivos por los que te sentaste a escribirlo y revisa si vale la pena angustiarse por los bloqueos.

Y ten paciencia: el bloqueo es una pausa tan necesaria como el sueño.

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