En tu niñez te encontraste con cuentos fantásticos. Después, llegaron los demás: novelas cautivantes, relatos hipnóticos, poemas vibrantes, ensayos meticulosos, reseñas sugestivas, crónicas reveladoras y aforismos contundentes. Todos muy diferentes entre sí. ¿Qué tienen en común? En este artículo, verás una breve presentación de cómo escribir textos de forma creativa y, si te interesa, algunas ideas para que te inicies en su elaboración.

Escribir textos es más que plasmar palabras

Fernando Vallejo, en el Logoi, señala que la literatura nace de los poemas homéricos, todos ellos diferentes al habla de su época, pues fueron pensados para lograr efectos estéticos duraderos, más que para comunicarse de forma práctica y puntual, como ocurre al hablar.

Así, lo que se hace para escribir contenidos en principio, es crear belleza a partir de textos concebidos para ese fin. Pero a lo mejor te preguntas: “Y la profundidad de los grandes escritos ¿no es más que belleza?”.

Al respecto, Benjamín Prado, en Siete maneras de decir manzana, señala que los libros importantes tienen una conexión con cada persona que los lee. Plasman ideas sobre lo que cada persona ha pensado por lo menos una vez en su vida, que quizás no han dejado de pensar desde que empezó: amor, soledad, muerte, realidad, justicia, existencia, entre otros.

Así, escribir es un acto en el que se abordan cuestiones de importancia para el ser humano a partir de palabras elegidas y organizadas con un mínimo de exquisitez.

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Tipos de texto incluidos en la escritura creativa

Con la presentación anterior, muchísimas cosas pueden considerarse escritura creativa. No obstante, hay algunos tipos de textos, o géneros, que son representativos de este proceso estético. A saber:

· Poesía:

Escribir poesía es perfecto para aquella persona que ama la vida. Incluso, aunque existe un gran desacuerdo para definirla, se sabe que está compuesta por versos o líneas que contienen ideas trascendentales. Cada una de ellas ha sido  expresada con un ritmo muy preciso, organizadas en párrafos que juegan con estas, llamados estrofas. Abarca métricas exactas como los haiku, o desafíos rítmicos profundos como el verso libre.

· Narrativa:

Es una variación de los poemas épicos hecha en prosa. Desarrolla un conflicto en torno a uno o más personajes, desde que tiene origen hasta que opera un cambio en el personaje o su entorno. Estos incluye la aceptación de un destino inmodificable en algunos casos. Al escribir sobre este tipo de género también se pueden incluir compilados de la tradición oral, los relatos y las novelas.

· Dramaturgia:

Surge desde los poemas dramáticos, pensados para su representación en obras teatrales. Su pretensión es abordar conflictos de los seres humanos a partir de la construcción cuidadosa de personajes y diálogos (o monólogos) que saldrán a escena. Es perfecto para aquellos que les gustan los dramas y comedias, entre otros.

· Ensayos:

Es un género literario mucho más reciente que los anteriores. A la hora de escribir, su enfoque se basa en la reflexión informada sobre un tema con fines persuasivos. Muchas veces parece más un pensamiento en proceso de organización desde su fuerza expresiva que un artículo científico o un informe con estructura técnica. Columnas de opinión, ponencias y reseñas tienen una relación estrecha con este género.

· Hibridación de géneros:

En la actualidad, muchos textos se pueden escribir en más de un género. Por ejemplo:

  • El uso de diálogos es tan viable en las novelas como en los guiones teatrales.
  • El ensayo sobre la ceguera de Saramago es una narración y un ensayo a la vez.
  • La prosa poética que usa Alejandra Pizarnik difumina la línea entre relatos y poemas.
  • Las crónicas en general toman elementos narrativos y ensayísticos. De esta forma se logran historias, ceñidas a nuestra realidad, y que trasciendan lo anecdótico.

¿Cómo empezar a hacer escritura creativa? Recomendaciones elementales

Una vez presentados, queda claro que todos los géneros son exigentes a la hora de escribir:

  • Hábitos de lectura y concentración constantes, pues la inspiración no nace, se hace.
  • Un estudio minucioso de las reglas lingüísticas, que permita romperlas cuando convenga (En «Una varita mágica llamada coma [L1] » encontrarás un buen punto de partida).
  • Muchas horas de dedicación para la planificación, redacción, corrección y edición [L2] de lo que se ha escrito.
  • Una gran sensibilidad, imparcial, ante la condición humana, convertida en interrogantes que inspirarán escribir cada nuevo texto.

Así, la escritura creativa se muestra ardua, pero una vez iniciada, descubrirás cuán gratificante resulta.

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